Me quedan grandes las hormas
de los deseos que caben
entre tu risa y mis abrazos
quedando atrapada en los arcoíris grises
desdibujados después de tantos suspiros
sólo el rojo de mis labios queda
para besar los silencios que nos hemos dedicado
Me visto de sueños apretados
que por momentos desfiguran mis ganas
de llevarlos conmigo
de proclamarlos tan propios
cuando el reloj que marca mis angustias
juega conmigo a las escondidas
ocultándome el tiempo
para encontrarte de nuevo
Cruzan las puertas de mis expectativas
las horas que no duermo
espiando los olvidos donde puedo añorar
que un conejo acaso
vestido de trajecito
me lleve de la mano
mientras me voy
pintando del color
que tiene tus ojos
que sin tiempo
ni permiso
me quieren mirar