Me despierto 
cómplice de los colores en el cielo
atrincherada en los titulares del periódico
peleando con  mi almohada 
aunque que dije que no te iba a llamar más
Las cobijas tibias invitan a quedarme todavía
enredada entre sus tentáculos divertidos
mientras veo 
como  tu sonrisa invasiva
se va quedando
 colgada 
Por la ventana la calle pasa recta
la gente camina rápido
colgada de sus cuerpos
les regalo
una sonrisa plana  
despegada de la cara 
Cuando pasan kilómetros de tiempo
tus palabras aparecen
desprendidas de los árboles 
publicadas en los muros
formando grumos en mi taza de café 
sin azúcar y leche descremada 
No te voy a llamar
Te quiero olvidar
hoy no es domingo 
pero te quiero olvidar

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